Las aceitunas más grandes y las más pequeñas

Dentro de la amplia variedad de aceitunas de mesa que existen, nos arriesgamos a afirmar que las más apreciadas son las gordal.

La principal características de las aceitunas gordal es el tamaño. Con un peso que ronda los 12 gramos por unidad, este triplica al de sus primeras hermanas de calibre normal, unos 4 gramos aproximadamente. Las olivas gordal tienen gran cantidad de pulpa, carnosidad y sabor, por ello se convierten en las preferidas entre aquellos que tratan de escapar de las más comunes sin caer en las de tipo gourmet.

Las mejores se cultivan en Sevilla y las que provienen de otros puntos no logran el estándar de calidad de estas y se presentan en salmuera, aliñadas, con o sin hueso o con otros tipos de productos. No son las más indicadas para la producción de aceite y son muy sensibles al alambrado durante su maceración, su árbol es propenso a las plagas.

Profundizando en las aceitunas de menor calibre, nos encontramos con la arbequina. No penséis que por ser las más pequeñas son un fruto poco apreciado, nada más lejos de la realidad. El punto fuerte de las olivas aberquinas es su sabor.

Cuando se destinan al consumo directo se recolectan todavía verdes, justo cuando empiezan a cambiar de tonalidad y durante el proceso de macerado van variando de color pasando de un verde morado a tonos ocres.

En España partieron de la localidad de Leridana de Arbeca, de ahí su nombre. Su árbol es super resistente, por eso su producción se fue extendiendo por muchos puntos de la geografía española. De la aceituna arbequina se extrae un aceite de gran calidad y para que no ennegrezcan en el envase se les añade agua con sal y plantas aromáticas.

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